Viaje al círculo polar - Karasjok
Sólo recuerdo que llovía. Pocas veces me ha llovido tan fuerte y tanto tiempo. Los rayos caían por todos sitios y la carretera rezumaba agua. Se notaba que íbamos cerca de la frontera con Rusia por la cantidad de coches rusos que nos cruzábamos. Sinceramente, el paisaje era monótono (árbol contra árbol y buzones de casas que no se veían), en la radio no sonaba nada decente y los km que nos quedaban parecían no disminuir. A la llegada a los pueblos se nos cruzaba algún reno, supongo que por inyectar un poco de emoción al viaje, pero en nuestras caras se empezaba a vislumbrar el cansancio e incluso llegué a dudar de que fuese a merecer la pena.
De Rovaniemi a Karasjok hay 443 Km, un poco más de 5 horas en coche, sin contar con parar a comer ni las obras que nos encontramos.
Tras horas y horas que se me hicieron días, el GPS nos hizo girar hacia la izquierda a una carretera que parecía no llevar a ningún sitio. Se acabaron los árboles, el paisaje parecía desolador, seguía lloviendo... casi sin preaviso se acababa Finlandia y empezaba Noruega. Llámalo suerte, coincidencia o como quieras, pero dejó de llover, las casas rojas se sucedían salpicando el paisaje verde y la sonrisa volvía a dibujarse en nuestra cara.
Al poco rato llegamos a Karasjok, el hotel estaba en lo alto del pueblo. La habitación era muy decente con cortinas de reno a tamaño natural y muchas zonas comunes. Quizás lo mejor de todo es que en el jardín había un restaurante con barbacoa!
Al lado estaba el museo sami que no pudimos ver porque era domingo y estaba cerrado. Así que bajamos a la tienda a comprar. Absolutamente toda la carne estaba congelada, el pan también estaba congelado. Vendían pan de molde en proceso de descongelación... lo mismo te comprabas en la misma tienda el traje de la boda que una caña de pescar que un lavavajillas... era LA TIENDA en mayúsculas del pueblo.
Al día siguiente nos esperaban muchos Km (501Km y más de 7 horas de viaje) hasta cabo norte y luego hasta Alta. Cenamos en la habitación y caímos dormidos en nada.
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